viernes, 2 de diciembre de 2016

Suárez. Acoso y derribo

Suárez. Acoso y derribo

Las conspiraciones, las traiciones y el cerco al presidente contados por sus colaboradores más cercanos

Adolfo Suárez, el primer presidente de nuestra democracia, fue sometido a todo tipo de conspiraciones y traiciones que intentaron y finalmente consiguieron acabar con su mandato. Este libro, ameno y riguroso, por fin desvela quiénes y por qué intrigaron contra él. Para ello, Emilio Contreras ha recabado los testimonios hasta ahora inéditos de los colaboradores más directos de Suárez, desde su director de Gabinete y su jefe de Secretaría a varios ministros y altos cargos del gobierno de UCD, pasando, en el plano más humano, por sus hermanos, su abogado o los amigos de infancia y juventud. Aquellos que trataron al hombre y al político relatan lo que vieron y oyeron para reconstruir con fidelidad los últimos meses de su mandato en los que el presidente fue sometido a un implacable acoso y derribo.
Destacan las novedades relativas al 23-F, contado por el jefe de los servicios de información de la Guardia Civil, el general Casinello, y el director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína; el ajustado retrato de algunas figuras no siempre bien conocidas, como Carmen Díez de Rivera o Fernando Abril; la explicación del doble juego de Fernández Ordóñez y otros personajes ambivalentes; el papel desempeñado por la banca en la caída de Suárez; o el implacable azote de la prensa. Esta es una obra imprescindible para quien quiera conocer mejor un capítulo oculto de nuestro pasado reciente.

COMENTARIO DEL BLOGERO:
Estoy pensando lo poco edificante, transparente, leal  que  fue la tan afamada TRANSICIÓN. Sólo pongo para su reflexión éste párrafo del libro "333 HISTORIAS DE LA TRANSICIÓN":
¿Quién dijo «no hay mal que por bien no venga» tras la muerte de Carrero? ¿Quién fue el primero en preguntar «con qué derecho van a exigir austeridad y honradez si ellos no la practican»? ¿Quién protagonizó el primer desnudo? ¿En qué año se legalizaron los anticonceptivos? ¿Fue la amnistía de 1977 una «ley del perdón»?

Son algunas de las preguntas cuyas respuesta

jueves, 10 de noviembre de 2016

Trump dice estar «impaciente por seguir trabajando con Obama»

Obama recibe a Trump en la Casa Blanca: «Haremos todo lo posible para que tenga éxito»


Reunión conciliadora entre el todavía presidente de Estados Unidos y su sucesor, primer paso de un traspaso de poderes que no terminará hasta el 20 de enero
Trump dice estar «impaciente por seguir trabajando con Obama» después de una conversación que ha durado más de lo previsto y que la Casa Blanca describe como «menos incómoda de lo que muchos esperaban»
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Donald Trump y Barack Obama, en su reunión en el Despacho Oval - AFP

El presidente electo de Estados UnidosDonald Trump, se ha reunido este jueves en la Casa Blanca con Barack Obama, actual presidente de la nación, en el primer paso del traspaso de poderes tras la victoria del republicano en las elecciones presidenciales de este martes. Tras la reunión, Obama ha asegurado que le ha dicho a su sucesor que hará «todo lo posible para que tenga éxito».
Ante los medios, Obama ha dicho que ambos han tenido una «excelente conversación» en la que trataron diversos asuntos de la política nacional e internacional. El actual presidente se mostró «alentado» por la reunión, que ha durado más de una hora (mucho más tiempo del previsto inicialmente), mientras que Trump ha dicho estar «impaciente por seguir trabajando con el presidente Obama».

Trump dice estar «impaciente por seguir trabajando con Obama»

Obama recibe a Trump en la Casa Blanca: «Haremos todo lo posible para que tenga éxito»


Reunión conciliadora entre el todavía presidente de Estados Unidos y su sucesor, primer paso de un traspaso de poderes que no terminará hasta el 20 de enero
Trump dice estar «impaciente por seguir trabajando con Obama» después de una conversación que ha durado más de lo previsto y que la Casa Blanca describe como «menos incómoda de lo que muchos esperaban»
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Donald Trump y Barack Obama, en su reunión en el Despacho Oval - AFP

El presidente electo de Estados UnidosDonald Trump, se ha reunido este jueves en la Casa Blanca con Barack Obama, actual presidente de la nación, en el primer paso del traspaso de poderes tras la victoria del republicano en las elecciones presidenciales de este martes. Tras la reunión, Obama ha asegurado que le ha dicho a su sucesor que hará «todo lo posible para que tenga éxito».
Ante los medios, Obama ha dicho que ambos han tenido una «excelente conversación» en la que trataron diversos asuntos de la política nacional e internacional. El actual presidente se mostró «alentado» por la reunión, que ha durado más de una hora (mucho más tiempo del previsto inicialmente), mientras que Trump ha dicho estar «impaciente por seguir trabajando con el presidente Obama».

Reconquistar el civismo tras unas elecciones broncas

ACEPRENSA

AUTOR: JUAN MESEGUER

La polarización del voto no es un fenómeno nuevo en Estados Unidos, pero hay indicios de que el enfrentamiento entre republicanos y demócratas va a peor. ¿Cómo recomponer la paz social tras las elecciones del 8 de noviembre? Varios autores coinciden en que ya no vale el lamento por la deriva del propio partido ni la pataleta frente al rival. Es la hora de que el ciudadano medio aporte su granito de arena.
La última encuesta del Washington Post y ABC News, publicada el pasado domingo, muestra el peso que tiene en estas elecciones el voto en contra: el 51% de los votantes de Trump y el 42% de los de Clinton dicen que se decantan por su candidato no porque les encante, sino principalmente porque quieren frenar al otro. El auge de este fenómeno, conocido como “militancia negativa”, es uno de los signos más claros del vaciamiento del centro político en un país.
La hostilidad entre demócratas y republicanos ha ido creciendo de forma constante desde finales de los años noventa, explican Jonathan Haidt y Ravi Iyer, expertos en psicología social. Pero, por primera vez, este año son mayoría en cada partido los votantes que tienen una opinión “muy desfavorable” de sus rivales. Otro dato que marca tendencia: más del 40% de los simpatizantes de cada partido creen que los programas del otro “están tan equivocados que suponen una amenaza para el bienestar de la nación”, un aumento notable respecto a las elecciones legislativas de 2014.
El 51% de los votantes de Trump y el 42% de los de Clinton dicen que se decantan por su candidato no porque les encante, sino porque quieren frenar al rival

Acercarse a los temores del rival

¿Cómo desbloquear este estado de acusaciones mutuas? ¿De verdad es inevitable que una mitad del país vea a la otra como unos desnortados a los que es imposible que les asista la razón, cuando no unos indecentes? Haidt e Iyer se resisten a creerlo: frente al fatalismo, proponen que cada cual tome las riendas de su propia crispación y la desactive con acciones concretas.
En primer lugar, aconsejan, cuestiona tus lealtades políticas. No pases de puntillas por los presuntos escándalos del candidato de tu partido, no les restes importancia de forma automática, mientras das credibilidad absoluta a los del rival.
En segundo término, sal de tu burbuja de afinidades. Conoce personalmente y relaciónate cara a cara con los simpatizantes del otro partido, con más urgencia ahora que la cercanía física pierde terreno frente a la vida online.
Este trato directo abre las puertas al entendimiento: “Distingue entre tus sentimientos hacia Trump o Clinton y tus sentimientos hacia sus seguidores. (…) No des por hecho que a la mayor parte de quienes apoyan al candidato rival le gustan o incluso está de acuerdo con cada posición de ese candidato. Quizá le votan movidos por miedos y frustraciones que desconoces. Pero si conoces su historia, es probable que empatices con ellos”.

Seducidos por el pasado

Pocas cosas contribuyen tanto a la crispación política como la sensación de haber sido agredido. Si ya es difícil aceptar que un proceso de cambio cultural se lleve por delante las ideas y los valores que uno defiende y que antes eran dominantes, el golpe todavía se encaja peor cuando se tiene el convencimiento de que el cambiazo responde a la acción del adversario político.
La promesa de Donald Trump de “hacer América grande otra vez” apela a esa sensación de pérdida. Pero la nostalgia por los tiempos pasados no la inventó el empresario neoyorquino, y afecta tanto a republicanos como a demócratas, sostiene Yuval Levin en un artículo que resume las principales tesis de su nuevo libro The Fractured Republic: Renewing America’s Social Contract in the Age of Individualism.
Para unos y otros, el tiempo presente supone un retroceso con respecto a una supuesta edad de oro. Cada cual tiene la suya: “Para los demócratas, el momento de esplendor se dio en los años 60, cuando la liberalización cultural fue de la mano de una economía fuertemente regulada. Para los republicanos, se dio en los años 80, cuando la liberalización económica estuvo acompañada de un resurgir del orgullo nacional y de un renovado empuje de los valores familiares”.
Para recuperar el civismo, Yuval Levin aboga por dar protagonismo a las instituciones situadas entre los ciudadanos y el Estado
Levin, director de la revista National Affairs, concede que ambas partes tienen motivos para la nostalgia. Es cierto que en las últimas décadas se ha roto el consenso que hasta ahora había dado forma a la sociedad estadounidense. Y que, en su lugar, ha crecido “la polarización de visiones políticas, de oportunidades económicas, de ingresos, de modelos familiares y de estilos de vida”. Pero advierte que “la política de la lamentación iracunda” impide mirar hacia adelante y progresar.
A diferencia de los nostálgicos, Levin propone jugar con las cartas que ofrece el momento presente: si lo que ha crecido es la fragmentación, respondamos a ella con más descentralización. En vez de confiar en que Washington resuelva todos los problemas, empecemos por dar protagonismo a las instituciones situadas entre los ciudadanos y el Estado: desde las familias a las Iglesias, pasando por las organizaciones cívicas, los sindicatos y las empresas.

Del respeto a la colaboración

El enfoque “de arriba abajo” que propone Levin –reedición del clásico principio de subsidiariedad– puede servir para devolver al debate público el civismo perdido durante los casi dos años que ha durado la carrera presidencial, primarias incluidas. Así lo pone de manifiesto el trabajo de varias organizaciones del que se hace eco Mark Gerzon, autor del libro The Reunited States of America: How We Can Bridge the Partisan Divide.
El objetivo de la Association of Leadership Programs (ALP) es poner en contacto a “líderes serviciales”, de cualquier profesión y tendencia política, que quieran trabajar juntos para resolver problemas en sus comunidades. El propio Gerzon impartió una conferencia organizada por la filial de ALP en Hartford, capital de Connecticut. Entre los 250 asistentes había simpatizantes de Hillary Clinton y de Bernie Sanders, pero también de Donald Trump, de Ted Cruz y de Marco Rubio. La experiencia de estos encuentros, explica Gerzon, es que cuando hay respeto de por medio, es fácil que surja el diálogo y la colaboración con el discrepante.
Bridge Alliance es una red de organizaciones cuya misión principal es prestar ayuda a cualquier iniciativa destinada a elevar los niveles de cortesía y respeto de la política estadounidense. Actualmente, aglutina a 40 organizaciones cívicas repartidas por todo el país. Unas trabajan en contacto directo con la política, a través de iniciativas en el Congreso y en las asambleas legislativas de los estados. Otras, en cambio, tratan de llegar al ciudadano medio con actividades en barrios, empresas, universidades…
El objetivo es el mismo en todos los casos: fomentar la “inteligencia ciudadana compartida” y aumentar la capacidad de la gente para colaborar con todo aquel que esté interesado en resolver problemas comunes, a pesar de sus diferencias ideológicas.


    martes, 8 de noviembre de 2016

    También Dios pasa por Hollywood

    AUTORA: Marie Claire Kendall




    Hollywood es un mundo peculiar de creatividad, poder, glamour y desencanto. Un paisaje propicio a la crisis, también espiritual, donde se dan cita judíos y católicos, ortodoxos, protestantes o mormones. Durante su “época dorada”, no pocos vivieron una honda experiencia religiosa, en torno a la Iglesia Católica. La autora ha recogido doce retratos de algunas de las grandes estrellas de la historia del cine, que proporcionan nuevos matices sobre su verdadera personalidad.
    Mary Claire Kendall es escritora, guionista y periodista. Columnista en Breitbart (Hollywood) y en Forbes, escribe también artículos para Chicago TribuneChicago Sun-TimesNew (...)

    Además de abortos, violaciones: la lista de los horrores que Hillary Clinton no quiere ver

    No sólo tráfico de fetos, sino también violaciones de pacientes… esto es lo que esconde Planned Parenthood, la multinacional que apoya a Hillary Clinton con decenas de millones de dólares para su campaña presidencial frente a Donald Trump.


    A cuarenta y ocho horas escasas de las elecciones más reñidas en muchos años, se han conocido nuevos y macabros detalles acerca de Planned Parenthood, la multinacional del aborto que apoya a Hillary Clinton.
    La compañía no sólo se ha dedicado al tráfico de fetos -lo que es delito federal-, como denunció David Daleiden en los famosos videos, sino que también ha encubierto numerosas violaciones y otros abusos sexuales contra las pacientes.
    La propia Hillary ha dicho más de una vez que Planned Parenthood vela “por la salud y los derechos de las mujeres”, pero los hechos demuestran lo contrario.
    La asociación provida Operation Rescue  señala a varios facultativos condenados por abusos sexuales, y que en la mayoría de los casos, continúan ejerciendo en distintos centros abortistas.

    Por ejemplo:
    Brian Finkle era un orgulloso miembro de la Federación Nacional del Aborto, y también un depredador sexual. Utilizaba su clínica para atraer a mujeres y violarlas mientras estaban sedadas.
    Fue detenido y acusado de cometer 67 delitos sexuales y hasta que salió el juicio, más de 70 mujeres presentaron una denuncia. Fue condenado por 22 cargos y cumple una condena de 35 años.
    Laurence Reich perdió su licencia médica tras descubrirse los abusos cometidos contra varias pacientes y tras cumplir sólo un año de libertad condicional, volvió a ejercer de forma ilegal.
    Aunque la policía sospecha que sigue cometiendo delitos, siempre ha llegado a un acuerdo con la fiscalía y ha evitado ser encarcelado. ¿Por qué?
    Un ex médico de Planned Parenthood fue acusado de acoso sexual a pacientes. ¿Qué sanción recibió? Sólo una amonestación pública
    El ex abortista de Planned Parenthood, Timoteo Liveright, fue acusado de acoso sexual y comportamiento inadecuado con pacientes en un centro en Delaware en 2013. ¿Qué sanción recibió por ello? Ninguna. Sólo una amonestación pública.
    Lo mismo sucede con Roger Ian Hardy, de Planned Parenthood en Massachusetts. Entregó su licencia médica tras dos años y medio de denuncias de 18 testigos que le acusaban de agresiones sexuales mientras se ellas, las pacientes, encontraban bajo los efectos de la anestesia.
    En Maryland, el abortista Harold O. Alexander fue suspendido únicamente durante tres meses tras descubrirse que había cruzado los límites en su negocio abortista. No se ha retirado: sigue realizando abortos ilegalmente en sus instalaciones, sin licencia.
    Esto es sólo un botón de muestra del clima de impunidad que reina en los abortorios de EEUU, muchos de ellos de la red de Planned Parenthood. Del que nadie habla, y que apenas se investiga.
    El presidente de Operation Rescue, Troy Newman, afirma: “si se supiera lo que sucede dentro de las clínicas abortistas, la gente no podría dormir por las noches”.
    “Con la protección política que reciben, los centros abortistas proporcionan a los depredadores sexuales un ambiente fácil para abusar de las mujeres”
    “Los centros abortistas” -añade- “con todo su secretismo y la protección política que reciben, proporcionan a los depredadores sexuales un ambiente que hace que para ellos sea muy fácil abusar de las mujeres”.
    Ese clima de impunidad se debe, en parte, a la protección que los poderes públicos han brindado a Planned Parenthood. La multinacional del aborto ha sido la niña de los ojos de la Administración Obama, que devolvía así el favor por la donaciones económicas recibidas.
    Ese maridaje ha continuado con la candidata Hillary, a la que la abortera ha aportado al menos 50 millones de dólares.
    Cecile Richards (presidenta de Planned Parenthood) y Planned Parenthood son aves del mismo plumaje. Intentan engañar al público y encubrir a los abusadores sexuales “, cuenta Troy Newman y afirma que “Clinton continuará el encubrimiento de sus amigos del cartel del aborto si es elegida presidenta.”